LO MEJOR DEL 2014

Hace ya tres años quisimos en Digital 104 poner nuestro granito de arena en esa costumbre/obsesión de recopilar que nos entra a todos en estas fechas. Pero decidimos introducir un matiz importante: nuestra lista no iría de las mejores películas sino de nuestras tres experiencias cinéfilas del año. ¿Las mejores? No necesariamente. Pero sí las que más nos han conmovido, emocionado, pegado a la butaca o el sofá, las que ahora que termina el año y echando la vista atrás, más recordamos. ¿Películas estrenadas este año? No necesariamente. Cabe esa serie que definitivamente nos enganchó o hasta esa película que nos sabemos de memoria, pero que al verla este año le hemos encontrado un matiz distinto o nos ha vuelto a entusiasmar. Aquí está el resultado de 2014, una cosecha más variada (y más española) que de costumbre.

Jairo elige…


Her (Spike Jonze, 2013)

«Una de las películas más hermosas de los últimos tiempos. Una bellísima historia de amor entre un hombre (moderno) y una máquina (con sentimientos). Una aterradora distopía sobre cómo nos estamos relacionando con nuestros aparatos inteligentes. Otro prodigioso guión de Spike Jonze que, desde mi punto de vista, sabe desarrollar una idea (no muy original) hasta sus últimas, coherentes y emocionantes consecuencias».

Juego de tronos. Temporadas 1, 2, 3 y 4

«Para mí el 2014 fue también el año en que me sumergí en el mundo creado por George R. Martin, y sus cuatro temporadas televisivas hasta el momento. Con retraso, pero he saboreado esta incansable lucha por el poder y la supervivencia, he sentido el frío más allá del muro, el miedo ante lo que puede llegar a hacer el hombre, y por supuesto la conmoción en ‘The Red Wedding’».

Gente en sitios (Juan Cavestany, 2013)

«En un año en el que he podido ver grandes películas españolas (La herida, Magical Girl), me quedo con esta pequeña locura, esta inclasificable, delirante, irregular pero hiperlúcida película de Cavestany, porque a base de sus diferentes sketchs (algunos brillantes) puede uno entender mejor este país y esta crisis nuestra, y además reírse un buen rato».

Jonay elige…


Nebraska (Alexander Payne, 2013)

«Siempre me ha gustado el género de road movie, sobre todo cuando el motivo del viaje es lo que menos importa. Con una fotografía en blanco y negro espectacular, unas interpretaciones maravillosas y una historia que me te hace pasar de la carcajada a la lágrima, Nebraska hace que te reconcilies con ese lado humano y familiar que cada vez está más ausente en la forma de vida actual».

La jungla interior (Juan Barrero, 2014)

«Una película que te remueve por dentro y te hace darle vueltas y vueltas sin llegar a ninguna conclusión, ni pretenderlo. La jungla interior habla de vida, de muerte, de lo natural y lo artificial, de tabúes, y sobre todo de Cine, haciendo Cine. Da gusto enfrentarse a películas como ésta».

Sobre la marcha (Jordi Morató, 2014)

«Siempre me ha interesado descubrir personas y personajes interesantes a través del cine documental, y sin duda alguna Josep Pujiula (‘Garrell’) es uno de ellos. Jordi Morató no sólo tuvo la suerte de contar en sus manos con una materia prima maravillosa, sino con la capacidad de ordenarla y contarla de forma original e inteligente. 
Me quedo con uno de esos momentos mágicos que pocas veces pasan en las salas de cine. Al comenzar los títulos de crédito los espectadores comenzaron a lanzar a gritos de Tarzán de una punta a otra de la sala. Los pelos de punta tras conocer la historia del «inventor de la selva». Gracias Morató, gracias Garell».

Domingo elige…

Hermosa juventud (Jaime Rosales)

«Tenía ganas de Rosales, sobre todo después de que sus últimas entregas fueran un ‘sí, pero no’. Quería recuperar esa sensación apabullante que me dejaron Las horas del día y La soledad. Y con Hermosa juventud la he vuelto a tener. De una forma un poco (sólo un poco) distinta. De una manera que por momentos es muchísimo más orgánica que todo su cine anterior. Con una debutante, Ingrid García-Johnson, difícil de olvidar -para mí el descubrimiento del año-. Filmando el Madrid más europeo que recuerdo. Creando una película que también funciona como testimonio de un país y de una época».

El fin de la comedia

«Dicen que es el Louie a la española. Yo como no conozco Louie diré que para mí es la serie más sorprendente de cuantas he visto en este país. Una comedia hecha con ingredientes del drama, que muchas veces nos congela la sonrisa, con el absurdo campando a sus anchas y con un personaje protagonista bestial, repleto de imperfecciones y de malas decisiones, pero llenito también de buenos sentimientos. Necesito más de El fin de la comedia».

El hombre congelado (Carolina Campo Lupo)

«Me sigue sorprendiendo hasta a mí: una película desconocida, una ópera prima uruguaya, vista en un contexto no demasiado apto para degustar cine -la cabina de visionado de un festival-, pero ahora que hago memoria de estos 12 meses, es sin duda uno de mis momentos cinéfilos del año. Carolina Campo Lupo crea en El hombre congelado un debut extrañísimo, un documental que sigue el viaje de un barco hasta la Antártida y en el camino, deja que sea la naturaleza la que se apodere de la película y del espectador. Fascinante».

Eugenia elige…

1984 (Michael Radford, 1984)

«Revisioné 1984: una sociedad sin objetos que desear, sin color más allá del gris, con la obligación de seguir a un líder con fe y pasión, que se mantiene en el poder por el miedo a lo que viene de fuera, a las enfermedades, a las guerras, al desequilibrio, a la pobreza y a la desigualdad. Gracias al Gran Hermano se le da al individuo el equilibrio mental y físico bajo la sumisión. Hagas lo que hagas pienses lo que pienses, estás controlado, obedeces, solo eres una pieza política a las órdenes del Estado, ser libre es obedecer. Una película que te deja en silencio».

Divergente (Neil Burger, 2014)

«La sociedad dividida en grupos, según su forma de pensar y de actuar. Frente a ello, surge la figura del divergente,  aquel que puede cuestionar sus miedos y saber moverse  con su ‘yo’ entre las proyecciones que nos dan nuestros sentidos, de las demás clases sociales o si lo preferimos del propio Estado. Ya sé que es mucho lío para hablar de algo tan clásico como la necesidad del individuo a obedecerse a sí mismo y no a los demás, pero al ver esta película de acción tan alejada de 1984 en forma pero no tanto en contenido, me pregunté chorradas y sigo preguntándomelas: ¿Ser independiente pasa por saber quién produce realmente tu conocimiento, valor, amor, abnegación y necesidad de protección? ¿Debemos encontrar un enemigo que nos haga ser conscientes de cómo somos?».

Momo (Johannes Schaaf, 1986)

«Pudiera parecer que ha envejecido con el tiempo, pero reconozco que aunque no cuente con los efectos especiales de ahora, Momo es una de esas historias que merece la pena ver. Y sigue gustando aunque ya no seamos niños». 

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